Da comienzo mi temporada de cumpleaños y eventos familiares. Ahora tengo unos cuántos acontecimientos muy seguidos y se me acumulan las tartas sorpresa.
El primero es el cumpleaños de mi hijo que cumple 21 años y para esta ocasión he decidido hacerle el Dragón Smaug, del Señor de los Anillos.
Smaug fue el último de los grandes dragones. Es el dragón rojo que echó a los enanos de la montaña y se quedó con el tesoro que ahora custodia. El último obstáculo que debe superar el hobbit Bilbo para recuperar el Tesoro.
Todo esto lo he descubierto ahora mientras me documentaba para hacer la tarta, porque estos libros no me los he leído y ... perdón a los seguidores del Señor de los Anillos, pero cuando mis chicos ponen esta película, siempre me quedo dormida y nunca he visto el final.
De cualquier forma, ha sido toda una aventura reproducir al gran dragón rojo.
Como siempre que hago una tarta compleja, lo peor peor una vez diseñada, es cómo ejecutarla. Primero me marco unas líneas, hago el "mapa" y comienzo a seguirlo, pero luego van surgiendo otras soluciones y aparecen problemas no tenidos en cuenta... en fin, he de investigar cómo ir resolviéndolos y cuando acabo siempre he aprendido un montón de cosas que ni siquiera me había planteado al comienzo.


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